Tratamiento del pie equinovaro o pie zambo
El pie equinovaro congénito o pie zambo es una deformación durante el desarrollo fetal que causa una torsión de un pie o ambos. Este se encuentra en punta (equino) y su planta se gira hacia adentro (varo).
El tratamiento inicial consiste en la colocación de varias escayolas que rectifiquen progresivamente la posición del pie durante los primeros días de vida del recién nacido. El Dr. Ponseti desarrolló este tratamiento con el que obtiene la posición normal del pie. Para mantener esta posición es necesario el uso de una ortesis compuesta por unas botitas unidas a una barra que mantienen los pies girados hacia afuera. Este sistema mantiene la corrección del pie y debe usarse hasta los 4-5 años.
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Tratamiento con ortesis Alfa-Flex de Semeda
Al inicio, el niño debe llevar la barra de forma continuada durante 23 horas diarias, los 3 primeros meses. Tras ese periodo, siempre que su médico no indique lo contrario, se puede reducir a 14 horas diarias, pudiéndose aprovechar las horas de siesta y sueño.
La barra será ajustada en longitud y ángulo por su médico o técnico ortopédico. Esta posición no debe modificarse ya que son fundamentales para el objetivo terapéutico. La barra está fabricada en un material muy resistente y su diseño telescópico permite que crezca con el niño pudiendo utilizarse durante todo el tratamiento.

Las botitas, en cambio, han de cambiarse según el crecimiento del pie. Estas se fabrican con materiales biocompatibles para adaptarse a la sensible piel del niño. Las botas tienen la suela rígida por lo que no son aptas para caminar y deben usarse exclusivamente en combinación con la barra. Cuenta con un sistema de anclaje rápido que facilita el quitar y poner las botitas en la barra. También tienen una apertura posterior que asegura que el talón contacte con la plantilla del zapato evitando el equino.
Periodo de adaptación: al comienzo del tratamiento, el niño no está acostumbrado a la barra. La piel todavía está sensible por el yeso correctivo y la libertad de movimiento de las piernas está limitada. Esto suele provocar un cierto malestar en los niños durante los primeros días, que lloren más que de costumbre y no duerman tan bien. Generalmente, los niños necesitan dos o tres días para acostumbrarse a la barra.
Desarrollo: la barra no suele interferir en el desarrollo normal. El niño puede gatear con la barra, o incluso puede levantarse cuando llegue a esa fase de crecimiento.
Enrojecimientos y marcas de presión: la piel de los lactantes todavía no está preparada para llevar zapatos, lo que quiere decir que es muy sensible. A pesar de que los zapatos están fabricados con un material blando, en ocasiones pueden aparecer marcas de presión o ampollas. Es muy importante que preste atención a que el pie esté bien sujeto en el zapato ya que, si resbala ligeramente, aparecerán marcas de presión muy rápidamente. No se preocupe por el enrojecimiento de la piel si desaparece poco después de quitarle los zapatos.
Pero si el enrojecimiento se acentúa y oscurece, o llega incluso a formar ampollas, acuda a su médico en cuanto sea posible. Él es quien debe decidir cómo actuar. Si es necesario, volverá a colocarle un yeso que deje la piel afectada al aire libre para que pueda curarse.
Sudor y humedad en los pies: en el caso de niños con una fuerte tendencia al sudor de pies, la inusual cantidad de horas (23 horas diarias) que deben llevar la barra puede provocar una humedad constante en los zapatos. Esto intensifica la sensibilización de la delicada piel.
Por ello le recomendamos:
- Ventilar bien los zapatos durante media hora dos veces al día.
- Si los pies sudan mucho, cambiar los calcetines varias veces al día.
- En casos extremos puede ser recomendable adquirir un segundo par de zapatos y llevar un par cada día.
Ropa: los zapatos ALFA-Flex deben llevarse siempre con calcetines o leotardos. Al escogerlos, procure que estos tengan el menor número posible de puntos y costuras en la parte interior, ya que podrían favorecer la aparición de marcas de presión. Por ello, resultan más adecuados los calcetines de un solo color que los estampados. Los calcetines tampoco deberían quedarle grandes, para evitar así que se arruguen.
Resultados: Tras el tratamiento los niños no suelen tener secuelas, y la funcionalidad es totalmente normal, pueden caminar y correr como los demás. Los niños afectados solamente de un pie niños pueden tener el pie más pequeño (normalmente un número) o la pantorrilla más delgada, sin repercusión funcional.
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